Hay ilusiones que nos mantienen vivos. Todos tenemos una.

martes, 13 de abril de 2021

Título evidente

 Intento encontrarle un sentido a este arsenal de cosas que me pasan por el cuerpo cuando estás cerca. Y fallo en cada intento. 

Sos la persona que más me lastimó, que más mierda me hizo, que me truncó los sueños, que me vio en el piso y me siguió pateando. Que me soltó la mano, que se burló de mí, que me dio golpe tras golpe... Literal y metafóricamente hablando. 

Y sin embargo... ¡Ay, sin embargo! Te abrazaría tan fuerte que temería romperte los huesos. Todos. Uno por uno. Tantos recuerdos.. De tantos besos, tantas miradas, tantas noches de amor y de pasión, tantos mensajes, tantas pintas. Y fueron menos que los otros: engaños, mentiras, burlas, desprecios, desplantes, indiferencia... Sin embargo... ¡Ay, sin embargo! Recuerdo más los buenos. Tengo que esforzarme por tratar de retener mentalmente todos esos dañinos, para tener algo de donde agarrarme para no caer en la nostalgia. Pero caigo igual. ¡Y cómo caigo! Pocas veces tan evidente el porqué del título de este blog. Estoy abrazada a la ilusión que me condena. Esa maldita ilusión de que las personas pueden cambiar, de que se den cuenta a tiempo de lo que están perdiendo, de cómo se están equivocando. Esa maldita ilusión de que, por fin, algo salga bien. Esa maldita ilusión de vivir en las nubes, creyendo que esto puede tener un final feliz. 

Y cómo me condena esa ilusión. 



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