Hay ilusiones que nos mantienen vivos. Todos tenemos una.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Peluquería


Siempre que voy a la peluquería y veo pasar detrás del vidrio a una persona con cara de orto elevado al cubo, pienso: cómo hace loco, pero qué embole, no sé cómo puede aguantar así, la verdad que yo no podría, no señor.
Pero luego llega. Sí, EL momento, ése momento llega. Pero ojo porque uno no lo reconoce hasta cuando pasaron 10 minutos de que estuviste contándole ESE temita con ESE macho a tu peluquero consejero. Sucede cuando el silencio se hace lugar y se debe a diversas opciones: una, no hay nada que decir. Dos, hay tanto por decir que nada sale. Tres, ya no sé cómo mierda hacer para expresarme bien y que mi peluquero pueda entender mis argumentos, o cuatro, estoy leyendo una revista de chusmerío que en principio mucho no me gustaba pero ahora es una hamaca en la playa con cocos y un cd de Bob Marley.

El tema es que es justo en ese momento cuando caigo. Imagino a mi persona (o al menos a un holograma de mi persona), cruzando por la calle pasando por donde me encuentro y mirándome con esa cara de "cómo hace loco, pero qué embole, no sé cómo puede aguantar así, la verdad que yo no podría, no señor".
Es ahí cuando mágicamente pierdo el enojo. No puedo explicarlo pero de repente me doy cuenta de que estoy pensando en eso y no en el macho de turno y en lo idiota que él puede ser. Y ahí mi cabeza comienza: Bueno, basta ok listo, volvé a pensar en cómo refutar los argumentos (sobre por qué ahora tu cabeza se centra sólo en ÉL) y a ver cómo carajo se los vas a decir al peluquero ahora, dejá de boludear, qué linda esa remera aunque no me gustan las mangas, uy casi te pisan gilllll, todo bien pero me harté de estar sentada en esta puta silla con rueditas, las tiene hechas, totalmente hechas... podrías haberte puesto una remera que te las lleve un poco mejor capa, che debería hacer alguna mirada seria para ese lado así ve que estoy como... no sé, cómo estoy... digo algo?

Y en ese momento es cuando él habla y tengo que retomar con el papel del enojo, porque claro, tampoco te la voy a regalar así tan fácil, el tema es que después de unos segundos cuando veo que no puedo mantener mucho más la planificación, como un sorete me ablando y ahí es cuando quiero que todo vuelva como antes, entonces muy de a poquito comienzo a intentar llevar la situación para un lugar mejor, junto a la hamaca y los cocos.
Pero ahora afronto un nuevo desafío. Me pongo nerviosa, onda muuy nerviosa por el miedo a que mi peluquero descubra que ya se me fue todo y que soy una tarada y que él tenía razón. Y comienzo a pensar en esos momentos en los que también me pongo muy nerviosa y es totalmente innecesario! A saber:

- Firmar algo. Cualquier cosa, nada en especial. Pienso que a lo mejor van a ver que no estoy haciendo una firma muy normal y de corrido entonces es que la estoy falsificando entonces es que quiero robar y entonces chau, prisión!

- Tenés hora? Ayy la pregunta más difícil que me podés hacer. Sé leer la fucking hora del reloj con flechitas, pero me pongo nerviosa por decir mal los famosos códigos esos de "menos cuarto, y cuarto o media para..." y que se den cuenta de que no soy muy normal!

- Regalos. Dios sabrá que amo recibirlos, pero me pongo demasiado nerviosa en el momento. ¿Por qué? ¡No sé! No sé por quéeee, será porque sé que no me va a gustar y tengo que estar planeando qué cara ponerr.

- Boletos. Ésta sí que es la más pelotuda. Tengo que sacar el estúpido boleto pero me pone nerviosa que mi tarjeta no fue marcada anteriormente con la suficiente tinta, de modo que no sé cuántos viajes tiene disponibles (si es que tiene), o que las monedas tarden en caer o sean truchas y sé que hay alguien atrás odiándome como yo odio a los que tardan y entro en pánico total, el cual puede notarse por el horror de mi cara cuando camino ya por el pasillo a la hora de buscar asiento.

En fin, seguramente mi peluquero tenga una reacción de molestia al notar que pienso en cualquier otra cosa mientras me aconseja y esto genere una nueva discusión. Pero, PERO, si leyó bien, notará que será mejor obviar la riña y comprarnos una hamaca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.